viernes, 28 de marzo de 2014

EL ADIOS A UN INSIGNE ACADÉMICO

En el colegio, rodeado de amigos que corren de allá para acá jugando con frenesí en el recreo, hay profesores que nos enseñan que el ciclo de la vida es nacer, crecer, reproducirse y morir.  En ese momento las tiernas mentes no caen en cuenta de la dimensión de esa verdad. No sabemos qué tan cerca está la muerte de la vida, de nuestra vida, y que ésta es solo una cara de la misma moneda. Tamaña ignorancia permanece sublime con nosotros hasta que un día la más dura de todas las maestras nos hace sus pupilos y nos da cátedra llevándose a alguien que queremos o apreciamos. Hoy falleció uno de los últimos grandes maestros de la Universidad San Marcos. Un investigador, un académico, un amigo. Miguel Maticorena Estrada ya no está con nosotros y no hay nada qué hacer al respecto, solo hacer saber a familiares y gente cercana cómo este hombre tocó nuestras vidas. La pena irá por dentro como resulta natural y con el pasar del tiempo menguará. La pena es efímera, pero el legado del Profesor Maticorena perdurará en el corazón de sus estudiantes y debe perdurar en el corazón de San Marcos, madre nutricia a la cual amó. Mucho escribió, varias horas invertidas entre documentos y archivos; diversas cavilaciones se hicieron hipótesis, artículos y libros. ¡San Marcos! El Emérito te entregó lo mejor de sí para tu honra y gloria, guárdale espacio en tu memoria al DOCTOR entre investigadores, Profesor Miguel Maticorena Estrada (1926 - 2014).